La empresa municipal Aigües del Prat, responsable de la gestión del agua en El Prat de Llobregat, atraviesa momentos complicados.
La compañía se ha convertido en una fuente constante de pérdidas económicas para las arcas del Ayuntamiento liderado por los comunes y donde mantienen su último bastión en el área metropolitana.
Durante los últimos años, ha acumulado pérdidas millonarias que han obligado al consistorio, gobernado por Alba Bou, a poner en marcha un plan de corrección que incluye la subida del precio del agua para los vecinos.
Esta medida, que busca tapar el agujero financiero de la compañía, ha generado críticas y malestar entre los residentes del municipio.
Torre del Agua de El Prat de Llobregat en una imagen de archivo
Pérdidas de 1,6 millones de euros
En los tres últimos ejercicios económicos publicados en la web de la compañía, correspondientes a 2021, 2022 y 2023, la empresa pública ha acumulado un déficit acumulado superior a 1,6 millones de euros.
Aunque en 2024 logró cerrar el ejercicio con un beneficio de 314.690 euros, este pequeño repunte no ha logrado compensar las pérdidas registradas en los ejercicios anteriores.
El agujero económico viene de lejos. En 2021, la empresa entró en números rojos con una pérdida de 386.545 euros. Lejos de revertirse, el deterioro financiero se acentuó: en 2022 la caída fue aún más profunda, con más de 759.288 euros negativos. En 2023, las cuentas volvieron a reflejar pérdidas de 455.727 euros.
Desajuste económico
El principal problema económico de Aigües del Prat radica en el desajuste continuado entre ingresos y gastos. Aunque el suministro de agua —su fuente principal de ingresos— se ha traducido en ingresos que han alcanzado los 5,8 millones de euros en los mejores años, frente a los 5,2 millones de 2021.
Los gastos no han dejado de crecer hasta superar los 9,4 millones de euros en 2021, aunque en 2024 se han logrado reducir hasta los 8,2.
El capítulo de personal es especialmente pesado, con cerca de 3,5 millones de euros en salarios ante los 3,1 que suponía esta partida en 2020.
La alcaldesa de El Prat, Alba Bou, en una imagen de archivo
Otro de los factores que ha agravado la situación financiera de Aigües del Prat es el aumento de los gastos excepcionales en los últimos años.
En 2024, esta partida alcanzó los 183.987 euros, casi el triple respecto a los 74.356 euros registrados en 2023, y muy por encima de los 22.028 euros de 2022. Estos gastos extraordinarios, que incluyen desembolsos no recurrentes o imprevistos, han supuesto un golpe adicional a unas cuentas ya tensionadas por los altos costes estructurales.
Además, hay partidas como las amortizaciones y los gastos financieros que añaden presión a las cuentas. Este desequilibrio genera que, aunque los ingresos se mantengan estables, los gastos superen sistemáticamente los ingresos, provocando pérdidas recurrentes y comprometiendo la sostenibilidad financiera de la empresa.
Números rojos con Mijoler
Los números rojos en Aigües Prat coinciden con el paso de Lluís Mijoler por la alcaldía del municipio. Antes de su llegada, con el histórico Lluís Tejedor, la empresa no había registrado pérdidas económicas al final de los sucesivos ejercicios contables.
De hecho, las cuentas anuales publicadas reflejan que desde 2016 hasta 2019, el beneficio neto acumulado de la compañía municipal fue superior a 1,13 millones de euros, resultados que distan de las anualidades posteriores.
Los resultados empezaron a cambiar a partir de 2020, el primer año completo del actual número dos de los comunes en el Parlament de Catalunya. El año de la pandemia del covid dejó un escaso beneficio de 12.543 euros, cuando en 2019 los resultados positivos habían sido de 155.857 euros.
Lluís Mijoler deja la alcaldía de El Prat de Llobregat
Plan de corrección
Desde la dirección de la compañía y el consistorio son plenamente conscientes del problema que suponen los malos resultados económicos de la empresa municipal.
Ante este panorama, el pasado 27 de junio de 2024 la Junta General de Aigües del Prat aprobó un Plan de corrección del desequilibrio financiero, elaborado por un despacho especializado bajo la supervisión del Ayuntamiento.
Más tarde, el pleno municipal de 25 de septiembre de 2024, donde se aprobó, a instancias de la Tenencia de Alcaldía del Área de Organización, Gobernanza y Economía, un plan de contención para los años 2025, 2026 y 2027.
Un grifo en una imagen de archivo
Subida de la factura de agua
¿La medida clave? Una subida de las tarifas a los consumidores, es decir, a los vecinos de El Prat, que pagarán más para equilibrar las cuentas y tapar el agujero económico de la compañía.
La subida se aplicará de forma escalonada desde este 2025, y afectará a los ejercicios de 2026 y 2027. De momento, la tarifa para este 2025 ya ha subido un 9,26 % desde enero.
El objetivo del aumento es claro: que la empresa pública del Ayuntamiento deje de perder dinero y aporte beneficios económicos en un plazo máximo de tres años para garantizar el equilibrio económico.
Una persona llenando un vaso de agua del grifo
Este ajuste, previsto en el artículo 24 del Real Decreto 1463/2007, es obligatorio cuando una empresa pública como Aigües del Prat presenta pérdidas que requieren recursos extraordinarios no previstos en los presupuestos municipales. Con tres años consecutivos de números rojos, la ley exige corregir el rumbo, como máximo, en 2027.
Malestar entre los vecinos
La subida en la tarifa del agua ya ha generado las primeras quejas entre los vecinos de El Prat, que han empezado a notar el incremento en sus facturas.
A este aumento en la tarifa en el consumo de agua se debe sumar la nueva tasa de residuos que ha implementado el consistorio para cumplir con la normativa europea y que se cobra a través de la misma factura en función del consumo registrado en el domicilio.
Aunque fuentes municipales han defendido que se trata de un sistema “pionero e innovador”, con contenedores inteligentes que se abren mediante un acceso personalizado para registrar la cantidad de aperturas por persona y aplicar un posterior descuento, algunos de los vecinos han criticado el nuevo gravamen municipal porque supone un coste adicional.
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