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En el bullicio del Poblenou, entre edificios que respiraron el aliento de una Barcelona industrial, existe un rincón que pasa desapercibido entre la modernidad que caracteriza al barrio. Una vez dentro, los visitantes se trasladan a Apia, Risaralda, en las laderas del eje cafetero en Colombia con el sabor de su café.

Sillas metálicas de color blanco, paredes simulando piedra, una barra cuadrada en el medio y un gran cartel luminoso que anuncia 'Café de Colombia' reciben a los clientes.

Cafetería 'Parcelona' de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

Personas de diferentes edades y nacionalidades ocupan las mesas, algunas leen el periódico y otras teclean en su ordenador portátil. Cada persona que pasa saluda de forma coloquial como si no fuera la primera vez que visita esa cafetería.

Menos de dos euros

En este espacio acogedor, lo más sorprendente es que los precios no son un lujo, algo a lo que vecinos de Poblenou no están acostumbrados: se sirven tazas de auténtico café colombiano por menos de dos euros. 1,50 euros el solo y 1,90 euros el que lleva leche.

"El café es más que un negocio, es una forma de vida", explica Julieta, una de las socias de este proyecto, a Metrópoli. "Este café de Colombia se coge grano a grano", cuenta con orgullo.

Granos de café sin tostar de la cafetería 'Parcelona' de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

"Nuestra misión es acercar el café de especialidad a la gente del barrio sin que el precio sea una barrera", resume la cofundadora.

Una historia marcada por su origen

Durante más de 20 años, Julieta, se dedicó a servir café "de batalla", sin mayores matices. Fue ahí, entre prensas y cafeteras, donde Julieta comenzó a entender que el café era algo más y sobre todo, que era posible vender buen café sin que "supusiera un gasto exagerado" para el consumidor.

En paralelo, Alex, originario de la misma ciudad del eje cafetero que Julieta y socio del proyecto, llegó a Barcelona después de pasar varios años en Suiza. "Yo me pasaba las tardes jugando de niño alrededor de las plantas de café, para mí era mi día a día", recuerda.

Dos años de 'Parcelona'

Aquí, en la capital, años más tarde, es donde se conocen gracias al mundo de la hostelería y deciden empezar el proyecto juntos. Así, nace hace ahora dos años 'Parcelona'.   

Cafetería 'Parcelona' de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

"Yo siempre he pensado que aquí había una oportunidad de mercado muy importante porque en España no saben tomar café", asegura el socio del negocio.

Alex recuerda sus primeros meses cuando llegó a la capital catalana y veía como en las cafeterías "de toda la vida" servían el café con azúcar: "Aquí, cuando vas a una cafetería y veo a la gente, le ponen dos o tres sobres: una locura", sentencia.

Cafeterías 'Parcelona' de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

"No es solo cambiar de café, es cambiar de mentalidad", añade Julieta. "Que los vecinos sepan valorar el producto de calidad y sepan diferenciarlo es una gran recompensa para nosotros", celebra. 

Del árbol a la mesa sin intermediarios

Mientras muchas de las cafeterías de especialidad trabajan con intermediarios, Alex y Julieta tienen un acuerdo con una asociación local de Colombia. "Recogen el café cada día y no tenemos intermediarios, es una suerte, cuenta Alex.

Alex, socio de 'Parcelona' sirviendo café filtrado en su cafetería de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

"Los intermediarios son los que más dinero se quedan, con ellos, un campesino gana por cada taza un céntimo, no es justo", lamenta el socio de Parcelona.

El tostador, una figura clave

Otro de los pilares esenciales para lograr un buen café es el "arte del tostado". Esta etapa, delicada y determinante, varía según el perfil de sabor que se quiera alcanzar: "no es lo mismo buscar notas afrutadas y florales que un cuerpo intenso y achocolatado", dice Alex. El tostador, en este proceso, se convierte casi en un "alquimista".

Café de especialidad de la cafetería 'Parcelona' de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

“Decidimos apostar por un tostador local de la ciudad, alguien cuyo trabajo conocemos de cerca y en quien confiamos plenamente. Estamos muy satisfechos con el resultado”, cuenta Julieta con convicción.

Una de las principales "motivaciones para iniciar el proyecto" fue que el café que utilizan es tostado por una "familia que lo elabora desde su propio negocio".

Ambos insisten en la importancia de reconocer el papel de cada eslabón en la cadena del café: “Hay que dar valor al trabajo de todos —el campesino que cultiva, el tostador que transforma y el camarero que sirve—. Cada uno es imprescindible para que la experiencia final sea completa”, precisa. 

"Café asequible"

Julieta nos cuenta que, a pesar de los costos más altos del café de especialidad, lo que ellos buscan es hacer llegar esa calidad al barrio. "Si te fijas, yo vendo una taza de café a 1,90 euros, eso no se ve en otras cafeterías de especialidad, dice Julieta.

“Lo bonito es explicarle al cliente por qué le estás cobrando esos 5 céntimos más”, dice con una sonrisa.

"No se trata de ganar dinero fácil. Se trata de ofrecer una bebida que respete el trabajo de quienes lo cultivan y que conecte con la gente del barrio", afirma.

Máquina de café de la cafetería 'Parcelona' de Poblenou GALA ESPÍN Barcelona

La propuesta de Julieta y Alex no es una simple cafetería: es un espacio donde el buen café se puede servir con una pasta artesanal, repostería o comida típica colombiana con un toque barcelonés.