Una mujer con sensación de tener la barriga hinchada

Una mujer con sensación de tener la barriga hinchada QUIRÓNSALUD

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¿Abdomen hinchado? Estas podrían ser las razones (y no todas están en lo que comes)

¿Te levantas con el vientre plano y terminas el día sintiéndote inflado como un globo? La hinchazón y distensión abdominal pueden ser muy complejas y descubrir qué hay detrás es clave para recuperar la sensación de bienestar

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La distensión y la hinchazón abdominal son síntomas habituales en muchas personas. Pueden ir desde un leve fastidio hasta afectar seriamente la calidad de vida y las rutinas diarias. Lo curioso es que su intensidad cambia: suelen ser menores por la mañana y aumentar a lo largo del día, especialmente después de las comidas.

Pero, ¿qué las provoca? Muchas veces, estos síntomas se relacionan con trastornos del aparato digestivo. Otras veces, la explicación se encuentra en factores menos evidentes, como la hipersensibilidad del intestino o incluso el tipo de bacterias que habitan en él. Esta sensación de vientre pesado o inflamado no siempre implica un cambio físico en el abdomen. De hecho, muchas personas pueden sentirse hinchadas sin estarlo realmente. Y ahí empieza el verdadero reto: entender qué está pasando por dentro.

Colon irritable: cuando el intestino está demasiado sensible

Una causa frecuente es el síndrome del intestino irritable, que afecta a millones de personas. “Estos pacientes tienen una mayor sensibilidad intestinal. Perciben como molestos estímulos que normalmente no deberían causar ninguna reacción”, explica el doctor Fermín Mearin, especialista del Servicio de Aparato Digestivo en Centro Médico Teknon.

Así, una comida normal o los movimientos naturales del colon pueden sentirse como presión, gases o incluso dolor. Según el doctor Mearin, esto se debe a la hipersensibilidad visceral, una alteración en la forma en que el intestino interpreta las señales. “El problema no está tanto en lo que ocurre, sino en cómo lo percibe el paciente”, aclara.

¿Distensión o hinchazón? No son lo mismo

Es fundamental diferenciar entre hinchazón (una sensación subjetiva) y distensión abdominal (un aumento objetivo del volumen del abdomen). “Ambos síntomas pueden coexistir, pero la distensión es medible, mientras que la hinchazón depende de cómo lo sienta el paciente”, puntualiza el doctor Mearin.

Esta distinción ayuda a entender por qué muchas personas con colon irritable sienten que se inflan, aunque no haya un cambio visible en su cuerpo. Es el intestino hablando a través de una percepción alterada.

¿Intolerancia, alergia o casualidad?

Muchos pacientes relacionan sus síntomas con lo que han comido. Pero cuidado: no siempre hay una relación clara. Según el especialista del Aparato Digestivo, “a veces es una verdadera alergia, otras es una intolerancia, y muchas simplemente una coincidencia”.

La alergia alimentaria es una reacción inmunológica frente a las proteínas de algunos alimentos. La intolerancia, en cambio, no involucra al sistema inmune y puede deberse a sustancias como la cafeína, aditivos o azúcares específicos. Y la malabsorción implica que el cuerpo no puede absorber correctamente ciertos nutrientes.

Lactosa, fructosa y sorbitol: los sospechosos habituales

En España, entre el 20 y el 30% de las personas tienen déficit de lactasa, lo que impide digerir bien la lactosa. También es común la intolerancia a la fructosa o al sorbitol, presentes en frutas y productos “sin azúcar”.

“No hay pruebas fiables en sangre para detectar intolerancias alimentarias”, advierte el doctor Mearin. En su lugar, recomienda el test del aliento, una prueba no invasiva que permite detectar si existe malabsorción de azúcares fermentables como lactosa, fructosa o sorbitol.

Cuando las bacterias también inflan

La microbiota intestinal –esas bacterias que conviven en el intestino– también tiene un papel crucial. “Cuando la microbiota se altera, puede aumentar su capacidad fermentativa y producir gases en exceso”, indica el doctor Mearin.

Este desequilibrio, que puede deberse a múltiples factores, favorece la distensión y la hinchazón. En algunos casos, incorporar ciertos probióticos, como Bifidobacterium infantis, puede ayudar a restaurar el equilibrio y reducir las molestias digestivas.