Bocadillos de brioche de The Lobster Roll Barcelona

Bocadillos de brioche de The Lobster Roll Barcelona @lobsterrollbcn

Gastro

Este es el restaurante en Barcelona en el que puedes comer y luego hacer la siesta: venden brioche de bogavante y trufa

Además del roll clásico, ofrecen variantes picantes, con mantequilla cítrica, e incluso opciones con cangrejo o langostinos

El restaurante del actor catalán Carlos Cuevas que arrasa en Barcelona: de tapas y elegante a precios accesibles

Publicada

Noticias relacionadas

Comer un plato potente y, acto seguido, echarse una buena siesta. Ese placer tan mediterráneo —y a veces tan inalcanzable— se ha convertido en una experiencia real en pleno centro de Barcelona. ¿Dónde? En The Lobster Roll, un restaurante único en su especie, situado en la calle Muntaner, 22.

Brioches rellenos de The Lobster Roll

Brioches rellenos de The Lobster Roll @lobsterrollbcn

Especializado en bocadillos de bogavante al estilo Nueva Inglaterra, The Lobster Roll ha traído el espíritu de la costa este de EE. UU. al Eixample barcelonés, pero con un giro inesperado: después de darte un homenaje gastronómico, puedes disfrutar de una siestecilla (o siestón) en condiciones.

Una delicia gourmet

El plato estrella es el clásico lobster roll: un brioche tostado y mantecoso, relleno con bogavante fresco, aliños suaves y, si te va el lujo, un toque de trufa negra que lo convierte en una auténtica delicia gourmet.

Bocadillo de brioche de The Lobster Roll

Bocadillo de brioche de The Lobster Roll @lobsterrollbcn

Además del roll clásico, ofrecen variantes picantes, con mantequilla cítrica, e incluso opciones con cangrejo o langostinos.

Más allá del paladar

Pero la experiencia va más allá del paladar. El local cuenta con un rincón especial pensado para el descanso postcomida.

Un espacio tranquilo, ambientado con música relajante, donde los comensales pueden desconectar unos minutos y digerir con calma. Porque en The Lobster Roll saben que una buena comida merece su tiempo… y su pausa.

Este pequeño oasis urbano se ha convertido en parada obligatoria para foodies, curiosos y amantes del slow living.

Y es que no todos los días puedes comerte un bocadillo de bogavante y, acto seguido, dormir como si estuvieras de vacaciones.