Un agente de la Policía Local de Sant Adrià

Un agente de la Policía Local de Sant Adrià AJUNTAMENT SANT ADRIÀ

Gran Barcelona

Malestar en la Policía Local de Sant Adrià de Besòs: bajas, sanciones y acusaciones por "represalias"

Una parte de la plantilla lleva meses alzando la voz por lo que consideran un “clima laboral insostenible”, mientras que el Ayuntamiento defiende una "reorganización necesaria" para modernizar el cuerpo

Más: Policías de Sant Adrià se plantan: turnos "excesivos" y falta de "conciliación laboral"

Leer en Catalán
Publicada

Noticias relacionadas

La Policía Local de Sant Adrià de Besòs está en crisis. Lo reitera en cada pleno municipal desde hace unos meses una parte de la plantilla que considera que sus condiciones laborales "se han deteriorado progresivamente".

Un malestar interno que deriva en un clima de tensión que afecta no solo a los agentes, sino también a una jefatura y a una Filo Cañete que llaman a la calma y piden que los "trapos sucios se laven en casa". O, en este caso, en una mesa de negociación donde se planteen soluciones reales a las demandas de los policías.

Un vehículo de la Policía Local de Sant Adrià

Un vehículo de la Policía Local de Sant Adrià AJUNTAMENT SANT ADRIÀ

El 28%, de baja

Desde octubre, el clima en la Policía Local de Sant Adrià se ha ido enrareciendo. Lo que comenzó como una inquietud puntual por parte de algunos agentes ha derivado en un conflicto interno que afecta de lleno a la operatividad del cuerpo.

A día de hoy, el 28% de la plantilla está de baja, y un 13% de esas ausencias se relacionarían con malestar "general o emocional". Informan de ello a este medio la propia alcaldesa, Filo Cañete, y el inspector jefe del cuerpo, José María Molina.

Un agente de la Policía Local de Sant Adrià con un detenido en Badalona

Un agente de la Policía Local de Sant Adrià con un detenido en Badalona AJUNTAMENT SANT ADRIÀ

¿Represalias?

En el centro del conflicto hay varios episodios que, sumados, dibujan un escenario de tensión acumulada.

Uno de los puntos clave, explican algunos de los afectados, fue la suspensión de un sargento en prácticas que había ejercido de portavoz en uno de los plenos municipales en los que una parte de la plantilla se manifestó públicamente. Desde dentro del cuerpo se interpreta como una represalia.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento aclaran que su suspensión fue "valorada por un tribunal y que no cumplió con los requisitos exigidos para continuar en el cargo".

Problemas en el turno de tarde

A esta situación se suma el caso del cabo encargado del turno de tarde, que ha recibido más de una decena de informes negativos por parte de 14 compañeros.

Según algunos agentes, su actitud es hostil y recurrentemente despectiva, lo que ha generado un deterioro significativo en el ambiente del turno. Pese a ello, no ha sido apartado. La respuesta de la jefatura, tal y como indican los policías, fue reestructurar por completo el calendario del turno de tarde, afectando a 12 agentes --nueve de ellos de manera forzosa--, una medida que, lejos de apaciguar el malestar, lo ha agudizado.

"Criterios organizativos"

Desde el interior del cuerpo critican que no se actúe sobre quien genera el problema, sino que "se mueva a todo el equipo". En cambio, desde el consistorio y la jefatura se defiende que la reestructuración responde a criterios organizativos y que no todos los cambios están vinculados a este conflicto. De hecho, recuerdan que en 2018 ya se llevó a cabo una modificación similar que acabó en los tribunales, donde la justicia dio la razón a la dirección.

Los responsables municipales también aseguran que hace dos años se intentó consensuar con los sindicatos un nuevo modelo de organización, sin éxito. “La intención es avanzar hacia servicios más cualitativos, no solo cuantitativos”, defienden, en referencia a una transformación del modelo policial que priorice la eficacia sobre el número de patrullas.

Una moto de la Policía Local en Sant Adrià / AJUNTAMENT DE SANT ADRIÀ

Una moto de la Policía Local en Sant Adrià / AJUNTAMENT DE SANT ADRIÀ

En este contexto, ha surgido otro frente: la reciente suspensión de empleo y sueldo de otro cabo próximo a la jubilación, acusado de haber desobedecido una orden relacionada con un día de fiesta solicitado. Desde la plantilla se vive como un "gesto desproporcionado".

Bajas discontinuas

Los efectos del conflicto ya se han hecho visibles en la calle. Durante la última Feria de Abril, un sábado por la noche, solo dos agentes estuvieron disponibles para todo el municipio.

Desde la jefatura explican que cinco compañeros se cogieron la baja poco antes, algunos mediante el mecanismo de baja discontinua, en el que se ausentan el viernes y regresan el lunes, algo que --advierten-- está afectando seriamente a la operatividad del servicio.

Nuevas promociones

Pese a este panorama, el Ayuntamiento insiste en que el cuerpo no está en retroceso, sino en proceso de renovación. En 2016 había 56 agentes; hoy, 67.

A finales de junio se incorporará una nueva promoción de cuatro efectivos, y en los próximos meses está prevista la convocatoria de cinco plazas más. “Las nuevas generaciones llegan con fuerza. Hay que adaptarse a los cambios y acompañarlos”, afirma la alcaldesa Filo Cañete, que apuesta por una transformación a medio plazo del modelo policial.

Mientras tanto, parte de la plantilla sigue denunciando desmotivación, pérdida de implicación y un clima laboral “insostenible”. Aunque el conflicto parece enquistado, la sensación general es que, como ya ocurrió en el pasado, volverá a dirimirse en los tribunales.