La sumiller Meritxell Falgueras Febrer ha organizado la primera cata de vinos sin alcohol en el histórico (1895) y célebre Celler Gelida del barrio de Sants. Licenciada en Humanidades y DEA en Comunicación, nació y creció en la bodega de sus tatarabuelos.

Nieta del popular campeón de lucha libre Vicentet Febrer, que también fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona, lleva los vinos en el paladar, el corazón y el cerebro.

Formada en Inglaterra, Francia, Italia y Estados Unidos, su primer premio fue el Nariz de Oro de Catalunya. Después, ha recibido los galardones Gourmand World Awards al mejor libro del mundo sobre Educación vinícola. Y el de bebidas sin alcohol.

Académica de la Academia Gastronómica de Cataluña desde hace diez años, es una empresaria y comunicadora feminista. Y se interesó en las bebidas sin alcohol cuando quedó embarazada.

De entonces data su libro pionero y clásico Qué beber cuando no bebes (Ed. Urano, 2017), con doscientas bebidas analcohólicas para cada ocasión y recetas de cócteles cero-cero. Ahora es una tendencia creciente en el mundo.

Nariz privilegiada en enología, también olfatea y escribe sobre tendencias de cultura, moda y literatura. Además, ha publicado su primera novela Cátame (Ed. Catedral, 2021). Con glamur, erotismo, placeres gastronómicos, viajes…

“Tengo un bouquet de flores románticas y de fruta silvestre. En boca, muy salada, con un punto dulce y un post-gusto picante ideal para descorchar las ganas de vivir apasionadamente”. Es su estilo de vivir y de acariciar el lenguaje.

Se nota que su tesis doctoral versa sobre las metáforas del vino en la degustación. No en vano la han retratado como mujer “transparente y brillante, con reflejos dorados y lágrima lenta”.

La primera cata de vinos cero-cero en su bodega se suma al crecimiento de las bebidas sin alcohol en todo el mundo. Y se calcula que en 2028 crecerá más de 4.000 millones de dólares.

Se veía venir, porque el 2023 España ya era el país líder de la Unión Europea en consumo de cerveza cero-cero. En otras bebidas bajas en alcohol, sólo se estaba por detrás de Alemania.

El mismo año abrió en Barcelona Sense, una tienda que sólo vende bebidas sin alcohol. Sita en la Villa de Gràcia, ofrece más de 150 marcas nacionales e internacionales de licores, vinos y cervezas sin alcohol y los sirve a domicilio.

El crecimiento más significativo del consumo de estas bebidas y los mercados clave se registran en Estados Unidos, Australia y Alemania. Sin olvidar los países árabes y los musulmanes que tienen prohibido el alcohol.

Los detractores de estos vinos afirman, en broma y en chiste que “son más caros, más malos y encima no emborrachan”. Pero la realidad es muy distinta.

Según un estudio comparativo del Hospital Clínic de Barcelona: “Los que bebieron vino desalcoholizado redujeron la hipertensión y su riesgo de infarto y derrame cerebral en hasta un 20%”. Y algunos enfermos de la muestra registraron “la mayor mejoría”.

En la cata de Falgueras y el Celler Gelida se demostró que con pan y vino se anda el camino. Incluso después de una noche de ronda y al volante de un coche.