Pila verde de Manu Reyes, alcalde de Castelldefels
Sin entrar en la posición que el alcalde Manu Reyes defiende sobre la ampliación del aeropuerto del Prat, lo destacable esta semana en Castelldefels es el nombramiento de la ciudad como capital gastronómica del mundo.
La localidad costera del Baix Llobregat entra así con fuerza en la alta cocina internacional y se convierte en la tercera ciudad española –tras Madrid y Barcelona– en formar parte de este exclusivo club que reúne a referentes como Bruselas, Montreal, Chicago o Helsinki.
Durante el acto de presentación, Reyes no ocultó su entusiasmo. “Ahora jugamos en la Champions de la gastronomía”, bromeó. Y no le falta razón: en una ciudad donde el 75 % de la población trabaja en el sector de los servicios, muchos de ellos en restauración, el premio es un espaldarazo al esfuerzo colectivo.
El secreto del éxito: producto de proximidad y mucho sabor local. El Parc Agrari del Baix Llobregat nutre a los fogones de la ciudad, mientras eventos como la Ruta de la Tapa o la Mostra de Cuina refuerzan su identidad culinaria.
Y esto no acaba aquí. Castelldefels ya apunta a su próximo objetivo: entrar en la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO. De momento, lo celebraron como se merece: con una buena ración de arroz local frente al mar, otro símbolo identitario de la ciudad.
