
Fotomontaje del doctor Ramon Estruch con pistachos de fondo
El aviso del 'rey' de la dieta mediterránea sobre el fruto seco de moda: "Se deben comer crudos y con piel"
El doctor del Hospital Clínic de Barcelona, uno de los mayores expertos en dieta mediterránea de Europa, explica cómo se debe tomar este fruto seco para aprovechar sus beneficios
El pistacho está de moda. Lo encontramos en postres, platos principales, cafés, helados y en todo tipo de creaciones gastronómicas, pero no siempre se consumen de la manera más saludable. Así lo advirtió el doctor Ramon Estruch, uno de los grandes especialistas en nutrición de nuestro país, en una entrevista reciente en el programa Tot es mou de 3Cat.
Durante su intervención, el médico lanzó un consejo claro: "Los pistachos deben comerse crudos y con la piel fina que los cubre". ¿La razón? La piel contiene compuestos con potentes efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antienvejecimiento que se pierden al retirar esta capa o al tostar el fruto.
Un ensayo clínico realizado en México
Estruch analizó los resultados de un ensayo clínico realizado en México que relaciona el consumo de pistachos con efectos positivos en la salud, tanto física como mental.
En este estudio, que se realizó durante un mes, se constató que consumir un puñado de pistachos al día "beneficia la salud cardiovascular, reduce el colesterol y, además, mejora el estado de ánimo, la ansiedad y la depresión". Además, tiene “efectos visibles en el perímetro abdominal, que es la grasa más perjudicial para la salud”.

El doctor Ramon Estruch
Más saludable sin tostar ni salar
Así, la recomendación del doctor es consumir unos 28 o 30 pistachos cada día y crudos, en su estado natural. Aunque los pistachos tostados y salados puedan parecer más sabrosos, el proceso de tostado destruye parte de los antioxidantes naturales del fruto, mientras que la sal añadida puede contribuir a elevar la presión arterial.
Los pistachos, al igual que otros frutos secos como las almendras o las nueces, forman parte esencial de la dieta mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este patrón alimentario, basado en productos de origen vegetal, aceite de oliva virgen extra, legumbres y pescado, es uno de los más estudiados y recomendados por la comunidad médica y científica.
“No se trata solo de comer sano, sino de mantener un estilo de vida equilibrado que incluya ejercicio, evitar el tabaco y reducir el estrés”, suele recordar Estruch en sus conferencias. En ese contexto, los pistachos crudos, en pequeñas cantidades diarias, pueden convertirse en un aliado más de la alimentación saludable y equilibrada.

Pistachos en una imagen de archivo
Estudio sobre gente joven
El estudio realizado en México se centró en adultos jóvenes en edad universitaria. "Se demostró que ayudaba a mejorar la concentración", afirmó Estruch.
No obstante, este efecto positivo en el rendimiento cognitivo también ayuda de forma significativa a la población mayor, según el doctor: "En personas de edad avanzada, los frutos secos --especialmente las nueces, pero también los pistachos-- ayudan a ralentizar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento”.

Alimentos de la dieta mediterránea en una imagen de archivo
Referente en medicina preventiva y dieta mediterránea
Ramon Estruch es médico internista en el Hospital Clínic de Barcelona, profesor titular de Medicina en la Universidad de Barcelona y un nombre clave en la investigación de la dieta mediterránea. Además, es coordinador del estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), uno de los trabajos científicos más relevantes en el ámbito de la nutrición a nivel mundial.
Esta investigación, publicada en revistas como The New England Journal of Medicine, demostró con evidencia clínica que una alimentación basada en productos mediterráneos reduce de forma significativa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Además de su papel como investigador, Estruch es miembro activo de grupos de expertos de la Sociedad Española de Cardiología, la Sociedad Española de Nutrición y del consorcio europeo que estudia los efectos del vino y el aceite de oliva en la salud. Su trayectoria lo convierte en una de las voces más autorizadas para hablar sobre alimentación saludable.