Los sectores económicos lo tienen claro. De hecho, lo que defienden viene de lejos. De forma explícita lo señaló el presidente del Círculo de Economía esta semana en las jornadas económicas celebradas en el Palau de Congressos de Barcelona. Jaume Guardiola le pidió al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, que se acerque a Junts per Catalunya, que pacte con la formación –todavía—de Carles Puigdemont con el objetivo, entre otros, de reducir la presión fiscal.

A Illa el empresariado le respeta. Valora de forma muy evidente que haya marcado un nuevo horizonte, que insista en la idea de pasar página y sitúe la gestión como guía de todo el gobierno de la Generalitat. Pero, al mismo tiempo, considera que podría ir mucho más lejos, que podría sugerir un camino más atrevido, y admitir que no lo emprende porque está hoy atado por sus socios en el Parlament: ERC y los comunes.

Lo que se pretende es que Illa contribuya para recuperar el tiempo perdido, con los asuntos económicos en primer término. Y que lo haga de la mano de Junts, porque las políticas llamadas progresistas de ERC y de comunes no dan resultados. Al revés. Pero, ¿quién da el primer paso?

En Barcelona se comienza a tomar el pulso. El grupo municipal de Junts coquetea con la posibilidad de pactar la gran medida que se ha propuesto el socialista Jaume Collboni para su mandato: la reforma del 30% de vivienda pública en las promociones inmobiliarias. Por ahora, se escuda en que el PSC no quiere pactar otras medidas propuestas por Junts.

Pero en el seno de Junts se libra otra batalla, la del propio liderazgo de la formación en la capital catalana. El actual cabeza de filas, Jordi Martí –con experiencia y conocimiento de la ciudad—no cuenta con un amplio consenso para ser el próximo alcaldable. Y aparece la figura de Joaquim Forn –que sufrió en sus carnes los excesos del independentismo—como el alcaldable que podría contentar a todos los grupos que hoy se integran en Junts.

Forn no desea volver a la política activa. Quiere colaborar al máximo para que los ex convergentes vuelvan a gobernar la ciudad. Pero no desea ser el candidato. Sin embargo, esa es la misma actitud de Xavier Trias, meses antes de acabar siendo el alcaldable en las elecciones de mayo de 2023.

La figura de Forn, respetada, conocida, podría generar un nuevo consenso interno en Junts. Y con un propósito que nadie esconde: gobernar con los socialistas e impulsar la ciudad a partir de un ideario más liberal.

Y de Barcelona al Parlament, aunque en este caso las cosas serían más complicadas. Porque ese mundo económico y político desearía llegar a consensos con los socialistas, pero siempre que éstos sean los segundones.

Es lo que se pretende, otra cosa es si será posible, porque el PSC ya tiene una larga experiencia para saber qué le conviente. La sociovergència pide paso: pero con las condiciones de Junts: al fondo a la derecha.