
Efectos del temporal Patricia de finales de julio de 2023 en la playa de Gavà
Jaume Grau, ecologista: “Es inevitable que el Delta del Llobregat acabe desapareciendo”
Ecologistas en Acción hace un llamamiento a las administraciones frente a los peligros de la regresión del litoral, que cada año retrocede varios metros poniendo en peligro las construcciones de primera línea de mar
Dragar arena para salvar las playas metropolitanas: una actuación millonaria sin futuro
¿Es necesario que ocurra una desgracia para que las administraciones actúen? Esta es la pregunta que se hace Jaume Grau, portavoz de Ecologistas en Acción, al constatar que los ayuntamientos del Delta del Llobregat continúan planificando obras de crecimiento urbano en territorio inundable. “Estamos abocados al desastre”, lamenta.
A pocas semanas de inaugurar la temporada de baño en las playas metropolitanas, el debate sobre su mantenimiento frente a la amenaza de la regresión pone de manifiesto, un año más, la necesidad de implementar medidas a largo plazo. “Hemos alterado tanto el funcionamiento de la costa que es imposible que se reponga con sedimentos de forma natural”, alerta Grau a Metrópoli.
En la última década, el litoral barcelonés ha perdido un 25 % de superficie, que se repone mediante aportaciones anuales de arena. Según un estudio del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), entidad encargada de la gestión de las playas, estas necesitan contar con un mínimo de 25 metros de ancho para resistir los temporales; lo equivalente a 1.577.000 metros cúbicos de arena.

Jaume Grau, portavoz de Ecologistas en Acción Gavà
“Deconstruir” la costa
“La draga no funciona como debería, además de tener un impacto medioambiental inaceptable”, denuncia el portavoz de la entidad a este medio. El coste económico de los barcos que la transportan, las emisiones que estos vierten al mar y los efectos sobre la fauna y flora son algunos de los problemas asociados.
Mientras el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) sigue parcheando el problema de la regresión, esta se agrava cada vez más, motivada por el cambio climático, que afecta también al nivel del mar y a la intensidad de los temporales. “Buena parte del Delta del Llobregat acabará desapareciendo”, sentencia Grau. “Tardará más o menos, pero es inevitable”, añade.
Jaume Grau, de Ecologistas en Acción, nos habla de los efectos de la regresión del mar
Ante este pronóstico, urge actuar en consecuencia con los errores cometidos para evitar catástrofes mayores, como la ocurrida en Valencia en noviembre del año pasado. Insiste en ello el portavoz de Ecologistas en Acción, que propone “deconstruir” la costa y reubicar los planes urbanísticos planificados en zonas inundables.
“Debemos trasladar las construcciones en peligro a lugares seguros antes de lamentar pérdidas materiales o incluso humanas”, subraya Grau a este digital. A su juicio, los escenarios climáticos han cambiado tanto que lo que antes sucedía cada 500 años ahora ocurre cada 100, lo que significa que “al menos una vez a la vida seremos testigos de un desastre medioambiental”.
Afectados por la regresión
La costa que abarca el Delta del Llobregat está en peligro. Desde hace seis años, sus playas pierden anualmente 160.000 metros cúbicos de arena debido a los temporales e impacto de las infraestructuras en la circulación natural de sedimentos. Los datos aportados por el AMB son contundentes: en 1990, el litoral metropolitano contaba con 250 hectáreas de superficie arenosa.

Imagen de archivo de los efectos de la regresión en la playa de Gavà
El Prat de Llobregat es el municipio más afectado por la regresión. Cada año es reparado con 80.000 metros cúbicos de arena dragada del fondo marino del Port Ginesta, en el Garraf. Una actuación que le cuesta al puerto barcelonés más de un millón de euros. Le siguen Viladecans y Gavà, este último especialmente castigado por la presión turística.
Castelldefels es una de las pocas localidades que escapa a la regresión, gracias a su lejanía del puerto y a su situación geográfica. De hecho, cada año gana metros de playa, ya que la arena que no se retiene en los municipios anteriormente mencionados termina depositándose allí.
Geo-tubos subterráneos
Una de las soluciones a corto plazo que ayudaría a reducir el impacto de los temporales sobre la arena de las playas es la instalación de geo-tubos sumergidos en la arena, una estrategia que se implantó en Gavà en 2020. Se trata de diques reversibles fabricados con geotextil, un material sintético resistente que tiene un menor impacto sobre el ecosistema natural.
“Temporalmente, puede ser una opción para ganar tiempo”, recuerda Grau, quien insiste en la necesidad de deconstruir la primera línea de costa, especialmente entre los municipios de Gavà y Viladecans. “La naturaleza es más fuerte que los humanos, por eso somos nosotros quienes debemos que adaptarnos a ella, y no al revés”, añade.

Dunas artificiales de la playa de Gavà Gavà
Grau, en cambio, valora positivamente la conservación de las dunas, que protegen a las viviendas de primera línea de mar del impacto del oleaje. “En este aspecto, tanto Castelldefels como Gavà están haciendo un buen trabajo, ya que en los últimos años han logrado incrementar el ecosistema dunar en más de un 15 %”, celebra.
El Port de Barcelona, principal culpable
Una de las principales causas de la pérdida de arena es la artificialización de la costa provocada por la actividad humana, en especial por la construcción de puertos marítimos como el de Barcelona. Su dique altera el curso natural del río Llobregat, impidiendo que los sedimentos lleguen hasta las playas. Como consecuencia, estas se quedan sin arena y sin dunas, elementos imprescindibles como escudo protector frente a los temporales y al cambio climático.
Como compensación por el daño causado, el Port realiza aportaciones anuales de arena a los municipios costeros más afectados. Se trata de una actuación millonaria “que no tiene futuro”, tal como han advertido reiteradamente los expertos en la materia.