La oruga procesionaria llega a los parques de Barcelona

La oruga procesionaria llega a los parques de Barcelona

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Alerta por las plagas de procesionaria del pino en Barcelona: los barrios de montaña exigen más control

Los vecinos de los barrios cercanos a la sierra de Collserola, las colinas adyacentes y la montaña de Montjuïc denuncian la "falta de acciones de prevención y extinción de la plaga"

Veterinarios y familias con animales saldrán a las calles de Barcelona contra la nueva ley del medicamento

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Los dueños de perros lo saben bien: con la llegada de la primavera y el buen tiempo, la oruga procesionaria del pino se convirtió en una amenaza silenciosa en parques, bosques y jardines de la capital catalana. 

Tal y como indica el Ayuntamiento de Barcelona, las zonas con un nivel de afectación más elevado en la ciudad fueron los espacios verdes de los barrios cercanos a la sierra de Collserola, las colinas adyacentes y la montaña de Montjuïc

Aunque su presencia ya no es habitual en esta época del año, es más, según señala el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona (COVB) cada vez se adelanta más (este año el riesgo se ha dado entre febrero y abril), su peligrosidad para personas, mascotas y coníferas sigue siendo desconocida para muchos.

Y aquellos que saben de su existencia, ya sea porque viven cerca de un área boscosa o porque pasean a sus perros entre los árboles con precaución, critican la inacción del consistorio barcelonés: "Cada vez hay más procesionarias del pino en los árboles y nos preocupa que la Administración no esté moviendo ficha para hacer algo al respecto", ha apuntado Ángeles, una vecina del barrio de Horta a Metrópoli

¿Qué es la oruga procesionaria?

La Thaumetopea pityocampa, conocida comúnmente como procesionaria del pino, se desplaza en largas filas que imitan una procesión —de ahí su nombre—.

Una fila de orugas procesionarias de pino

Una fila de orugas procesionarias de pino Ayuntamiento de Barcelona

Durante su migración hacia el suelo, donde se enterrará para completar su metamorfosis, puede cruzarse con personas o animales domésticos, especialmente en áreas verdes.

¿Por qué es peligrosa?

La procesionaria está cubierta por cerca de 500.000 pelos urticantes, invisibles a simple vista y altamente tóxicos.

Estos filamentos pueden desprenderse fácilmente y propagarse por el viento, lo que multiplica el riesgo de contacto indirecto.

Una oruga procesionaria en el Parc Natural de Collserola

Una oruga procesionaria en el Parc Natural de Collserola Ayuntamiento de Barcelona

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) advierte que estos pelos funcionan como defensa natural frente a depredadores, pero pueden provocar graves reacciones alérgicas tanto en humanos como en animales.

Síntomas más comunes en humanos

Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), los efectos del contacto con la procesionaria pueden incluir:

  • Picor intenso

  • Habones en cara, brazos o piernas

  • Urticaria generalizada

  • Irritación en ojos, boca, nariz o garganta

  • Angioedema (hinchazón bajo la piel)

  • Dificultad para respirar

  • Reacciones anafilácticas en casos graves

¿Y en mascotas?

Los perros suelen ser los más afectados, al oler o lamer accidentalmente a estas orugas. Las consecuencias pueden ir desde inflamaciones en la lengua hasta shock anafiláctico, una situación potencialmente mortal que requiere atención veterinaria inmediata.

Un perro en Barcelona / AJ BCN

Un perro en Barcelona / AJ BCN

Su efecto sobre los bosques

La procesionaria del pino se alimenta principalmente de las hojas de coníferas pertenecientes a los géneros Pinus y Cedrus.

Su presencia, cada vez más extendida por el cambio climático, representa una seria amenaza para la salud de los bosques.

El impacto más significativo de esta plaga es la pérdida masiva y recurrente del follaje, lo que compromete el desarrollo y la vitalidad de las masas forestales. La defoliación continuada debilita los árboles, reduce su crecimiento y los vuelve más vulnerables a otras enfermedades y a la sequía.

Prevención y tratamientos curativos

Según los canales oficiales del consistorio barcelonés, se han intensificado las medidas para prevenir y controlar la procesionaria del pino en parques y zonas forestales.

Durante el verano, se colocan trampas para capturar adultos y evaluar la presencia del insecto, como se hizo este año en el parque del Guinardó.

Nidos de procesionaria del pino en Barcelona

Nidos de procesionaria del pino en Barcelona Ayuntamiento de Barcelona

En otoño, se aplica un tratamiento de endoterapia en pinos cercanos a áreas sensibles, como parques infantiles o zonas de pícnic, inyectando el insecticida directamente en la savia del árbol.

Y, hasta diciembre, se completa el tratamiento con cañones atomizadores que emplean productos de baja toxicidad.

Además, se instalan cajas nido para favorecer la presencia de aves insectívoras, como herrerillos o abubillas, que ayudan al control natural de la plaga.

Trampa para la procesionaria del pino en Barcelona

Trampa para la procesionaria del pino en Barcelona Ayuntamiento de Barcelona

Si las orugas logran formar nidos, se activan medidas curativas: se colocan carteles informativos, se retiran manualmente las bolsas accesibles y se vuelve a tratar la zona con atomizadores.

En caso de orugas en el suelo, un equipo especializado se encarga de su recogida con protección adecuada.

Carteles de aviso de presencia de procesionaria del pino en Barcelona

Carteles de aviso de presencia de procesionaria del pino en Barcelona Ayuntamiento de Barcelona

¿Actuaciones ineficientes?

Sin embargo, igual que Ángeles, otros vecinos de los barrios más verdes de Barcelona no están satisfechos con las actuaciones municipales de los últimos meses. 

Marta, de Vallvidrera, ha contado a Metrópoli que, por un lado, se hace campaña instando a la ciudadanía a comunicar los puntos donde se encuentran para intervenir y, por otro, se recibe la respuesta de su estudio para el próximo año, por no disponer de medios.

"Al año siguiente, los medios tampoco llegan y, como era de esperarse, la plaga se dispara y se empieza a perder una parte clave del bosque urbano. Cuesta entender cómo, justo cuando arrancan una campaña de reforestación —después de tres años de sequía—, no hacen todo lo posible por cuidar los árboles que ya están. La verdad preocupa pensar qué va a pasar el año que viene si siguen en esta línea", reclama la vecina barcelonesa.